martes, 22 de mayo de 2012

mañana

Cierro los ojos y sueños con pueblos libres
Eres los sueños con los ojos abiertos

Cierro los ojos y deseo caminos libertarios
Eres la praxis de todos los deseos

Cierro los ojos y espero el amanecer
No has dormido, estas forjando la salida del sol

Cierro los ojos y te abrazo
Me encuentro envuelto en rebelión

Abro los ojos y te veo
Eres el sueño con los ojos abierto

martes, 1 de mayo de 2012

La hora de los perros

Nace la hora pico, sale el perro apresurado
con sus ojos negros de hollín,
cargando sus pulmones de monóxido de carbono
en su inhalo exhalo.

Corre apresurado por el cemento incandescente
como si no existiera.
Crece la hora pico, en cada esquina,
las palmas descargan su deshumanización
en una sinfonía interminable de bocinas
que marcan el momento exacto de la muerte,
la de la paciencia.

El perro corre sobre el piano del cemento,
esquiva las almas apresuradas,
esquiva el por qué ellas no lo ven.
Comienza a concluir la hora pico,
las vendas ya se han apoderado de los ojos
para no reconocerse.

Corre el perro, en su envión cae en las escalinatas
de la Catedral de las Cruces,
ladra a cada una de esas almas
que se regocijan ante el lavaje de culpa
consumado en los rezos y en los abrazos de sotanas.
Ladra y no lo escuchan.

Cae la hora pico, el perro corre a ladrar
a la Catedral del Conocimiento,
ladra buscando encontrase en esos jóvenes ojos
atragantados de libros que hablan de revoluciones,
ladra y no lo escuchan,
hay un dogma siempre que es más fuerte
que el ladrido de un perro.

Ya no quedan vestigios de la hora pico,
el perro ya no ladra,
lleva un trote suave por los semivacíos senderos urbanos,
trota a su escondite que a esta altura ya parece ser un secreto.
Duerme el perro con la soledad
en el escondite forjado por los ojos que no lo ven.

musa

Cuantas distancias podre acortar mientras te pienso.
Cuantas palabras te podre expropiar en los besos por venir.
Tan dentro tuyo estoy que me gusta estar perdido.
Quien sabe que tormenta se desata en tu adentro
O cuantas libertades estarás haciendo en esos largos desvelos.
Si hay un adjetivo para tus ojos, ellos se han ido con el viento
Ya no bastan los silencios para callarte
ni esta bandera que flamea este - hasta que el
pueblo mande
- ante el fuego de nuestra carne de enero.
Que nuevas enseñanzas nuevas estarán en tus ojos
porque si hay algo de certeza,
es que esta geografía que predico
la he aprendido en la piel de tus labios
y esta literatura que ensayo,
entre tus gritos libertarios.
al fin y al cabo, extraño tu ausencia
tus métodos eficaces para encontrarte
y esas largas numerología que nombran
rótulos de un mundo nuevo.
al fin y al cabo, extraño tu ausencia
y tus métodos eficaces para estar
nombrándote.