lunes, 24 de septiembre de 2012

canción de lluvia


Aquí adentro, las paredes de barro y palma alivian su calor, el mismo alivio
se siente en nuestros cuerpos.
Afuera la naturaleza manifiesta su orgasmo en una lluvia torrencial.
La tierra bebe a trago largo la bebida celestial, sin miedo a quedar machada.
Las hojas, que tres minutos antes se encontraban desteñidas, vuelven a vestirse de verde gala en este monte subtropical.
Las gotas encontrándose con la hija polvareda, se besan apasionadamente mientras danzan al ritmo de este encuentro ancestral.
El techo canta a coro la melodía del diluvio, mientras los aljibes improvisados se van llenando del agua que más tarde hemos de beber.
Paralelamente, el fuego se va atizando, entre soplo y soplo, el aire se aromatiza a cenizas,entre destellos ,nosotros, nuestras miradas reconociéndose.

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