Puede que nunca la palabra
pida perdón al silencio
por haber abierto la boca.
Como puede que nunca
este verano intenso que vive en tus piernas
se atreva a cambiar de estación.
Puede hayamos amado demasiado
la idea de destruirnos
y configurar en lo nuevo
esto que estamos soñando.
Si hubo tiempo difíciles
esos fueron aquellos en los que
esperábamos que no llegue el medio día.
Algo siempre hubo para engañarnos a nosotros mismos
y de paso, a ese hambre que siempre quería presentarse.
fuimos dos seres con suerte,
por tener a unos ojos dispuestos a mirarnos
y unas manos dispuestas abrazarnos
en medio de tanto piquete
y tantas consignas
siempre salio eso que quisimos gritar
sin tener que pedirle disculpas a nadie,
inclusive al silencio.
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